Gracias a los adelantos técnicos ya entrenamiento y capacitación del personal médico es que hoy estos procedimientos se utilizan no sólo como métodos diagnósticos sino también para realizar la gran mayoría de las cirugías ginecologicas Es por ello que hoy hablamos de cirugías mínimamente invasivas en ginecología.
Básicamente son dos tipos de procedimientos endoscopicos, llamados así porque la visualización se realiza mediante un sistema óptico, la laparoscopia (videolaparoscopia o cirugía videolaparoscópica) y la histeroscopía que nos permiten realizar diagnósticos y cirugías dentro del abdomen y del útero.
Distendiendo el abdomen con un gas (C02) y colocando un sistema óptico generalmente a nivel del ombligo se visualiza la pelvis (donde se encuentran los órganos genitales femeninos) y el abdomen, con la ayuda de un instrumental específico se pueden realizar una gran variedad de cirugías ginecológicas (ver cuadro) que, hasta no hace mucho tiempo, sólo se practicaban por el método convencional (abriendo el abdomen).
Existen todavía ciertas cirugías ginecológicas que no se pueden realizar por este método, sobre todo las de origen maligno (cáncer).
Dadas las condiciones de equipamiento e instrumental adecuado y capacitación y entrenamiento del médico actuante, la cirugía laparocópica no implica un mayor riesgo para la paciente.
Es la visualización de la cavidad uterina con un procedimiento similar a la laparoscopía.
Através del orificio que presenta el útero en el fondo de vagina, se inyecta gas (C02) o líquido (solución de glicina) para distender la cavidad y se coloca, por el mismo orificio, un sistema óptico.
Con este método se pueden realizar diagnósticos y operaciones (ver cuadro) con una muy pronta recuperación y en ocasiones sólo con anestesia local (sin necesidad de dormira la paciente) y por lo tanto solo requiere horas de internación.
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